Historia de Virgo

En 1987, los científicos Adalberto Giazotto y Alain Brillet propusieron un detector de ondas gravitacionales, denominado Virgo. En 1989, se presentó una propuesta al Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) francés y al Istituto Nazionale di Fisica Nucleare (INFN) italiano. La propuesta fue aprobada a principios de los años noventa.
La construcción de Virgo, en la campiña cerca de Pisa, en Italia, comenzó en 1997 y el Observatorio Gravitacional Europeo (EGO) se fundó en 2000. Virgo se inauguró en 2003 y, tras años de puesta en marcha, las observaciones científicas comenzaron en 2007. Ese mismo año se firmó un acuerdo para operar Virgo y los detectores LIGO, en EE.UU., como una «máquina única».
La actualización de Virgo a Advanced Virgo, con el objetivo de mejorar en gran medida las capacidades de detección, se aprobó en 2009 y se completó en 2017.
La primera detección de una onda gravitacional –señal etiquetada como GW150914, producida por la fusión de un sistema de dos agujeros negros– fue observada por la Colaboración Científica LIGO y la Colaboración Virgo (LVC) el 14 de septiembre de 2015. Se había abierto una nueva ventana al Universo. El Premio Nobel de Física de 2017 fue concedido a R. Weiss, B. C. Barish y K. S. Thorne, los tres miembros de la LVC.
En agosto de 2017, Advanced Virgo completó su actualización y se unió a los dos detectores LIGO en el segundo periodo de observación. Dos semanas más tarde, el 14 de agosto de 2017, Advanced Virgo realizó su primera detección de ondas gravitacionales, junto a los dos Advanced LIGO. De nuevo, la señal, denominada GW170814, fue producida por la fusión de un sistema binario de agujeros negros.
Sin embargo, tres días después, la red global LIGO-Virgo detectó una señal muy diferente, denominada GW170817. Esta señal fue producida por la fusión de un sistema binario de estrellas de neutrones y también se observó con luz tanto desde ell espacio como desde la Tierra. Este avance fue posible gracias a la localización precisa de la fuente en el cielo que proporcionó la red LIGO-Virgo.
GW170817 marcó el inicio de la era de la astronomía de multimensajeros con ondas gravitacionales. A día de hoy, casi un centenar de eventos de ondas gravitacionales han sido observados por la red de detectores Advanced LIGO y Advanced Virgo.